Por lo general no soporto las críticas, especialmente las no constructivas.
Suelo ser partidaria de no esperar para soltar la bomba y decir las cosas claras y en el momento.
También prefiero lavar los trapos sucios en la intimidad y no tenderlos en público para que se sequen.
Prejuzgar es mi defecto, pero ser juzgada me mata.
Los corrillos y cuchicheos apuntando con el dedo me parecen de un infantilismo extremo.
Siento no poder ser más clara, pero como últimamente, y debido a mi despiste nato, todo el mundo parece tener acceso a mi blog, no daré más pistas.
Eso sí, el cabreo no me lo quita nadie.
La solución que la busquen otros, yo paso del asunto. Al fin y al cabo no mi...problema.
Ya me preocupo yo por los míos.
Ya te queda menos, mi niña. Aguanta este poquito tan chico, tan chico.
ResponderEliminarTAM!!!