jueves, 26 de julio de 2012

No confíes en nadie


¡Menudo libro!

Y pensar que me lo compré por casualidad...una de estas mañanas tontas que pasas en Carrefour, preparándote para las vacaciones...bronceador, sandalias, comidita para las tortugas, ¿qué más echamos al carro? ¡un par de libros!
Su acompañante, La biblioteca de los muertos, de Glenn Cooper, que empezaré esta misma noche.

¿Y por qué No confíes en nadie? Su solo título ya era una razón de peso para llevarlo conmigo. Es mi lema vital. Para no llevarme sorpresas: ni confianza, ni esperanza. Aún así reconozco haberlo abierto para echarle un vistazo, bicheando por encima su argumento y algunos de sus capítulos...me convenció, me lo llevé, y no he podido dejar de leerlo. Me ha tenido despierta, con los ojos como platos y el corazón en la mano.

¿Sobre qué trata? Pues es un libro muy sencillo, incluso pienso que podría estar bien para mis alumnos (el problema lo tendría la librera de Castilblanco para hacerse con 50 ejemplares de una edición de bolsillo de hace ya tres años que yo conseguí de rebote y en oferta en un supermercado).

Se divide en tres grandes partes, que personalmente cosidero el presente-pasado-futuro de su protagonista: Christine.
Se trata de una mujer madura que roza la media centuria. Conoceremos su vida al detalle: familia, amigos, éxitos y fracasos.
¿Por qué? ¿qué tiene de especial la tal Cristine? Su mayor tesoro es su mayor carencia: no tiene memoria.
Cada mañana despierta sin recordar un porcentaje (que varía, según la ocasión, de su vida). Puede despertar creyéndose una niña, una adolescente o reconociendo a la mujer que tiene delante del espejo.
Si habéis visto la película 50 primeras citas relacionaréis la idea.
¿Simple plagio? No. El autor, S.J. Watson, médico, ha tratado con diversos amnésicos que cita en su obra. No es la versión impresa de una película dulzona, es un revestimiento cruel, muy duro, fácil de leer, difícil de asimilar.

La vida que Cristine, con ayuda de su secreto psicólogo, va desenterrando no es fácil. A través de la lectoescritura de un diario que esconde antes de ir a dormir (de ir a morir, como ella considera) arrojará un poco de luz al asunto: ¿quién es en realidad? ¿cómo perdió la memoria? ¿podrá recuperarla? Presente, pasado, futuro.

El título original del libro, Before I go to sleep ( Antes de irme a dormir), centra el protagonismo en Cristine (debe escribir en su diario al anochecer y leerlo al amanecer para conocerse y reconocerse cada día de su vida, recomponiendo un puzzle infinito). El título en español, No confíes en nadie, nos da la clave: ¿en nadie? ¿en quién no debe confiar? ¿y por qué?

Un aperitivo: ¿qué aparece en la primera página de su diario?
Un número de teléfono, el de el doctor Nash, el psicólogo que cada mañana repite la misma llamada : "te llamas Cristine...tienes un diario escondido en tu armario...léelo"... y una advertencia escrita por la protagonista: "No confíes en Ben".

Ah, sí: Ben es su marido...


376 páginas de ritmo, intriga, una trama bien hilada, una historia que gira sobre sí misma para retorcerse. De nada servirá posicionarse en favor o en contra de sus personajes, pues, no debemos...confiar en nadie.

viernes, 20 de julio de 2012

¡Feliz día, amiguit@s!


He leído en no sé dónde que hoy es el día del amigo...
Bien, pues ¡FELIZ DÍA, AMIG@!

Si estás en este álbum es porque formas parte de mi vida amiguil y por eso te digo: GRACIAS

Por soportar mi ira
Por estar ahí
Por tus consejos
Por los recuerdos de los que formas parte



Gracias, Pitu. Te quiero


Gracias, mana. ¡Tequila y ron!


Gracias, Vic, esponjita de mi personalidad


Gracias, wawito. Desde allá, siempre acá. Y Zegio ;)


Gracias, Davi. Mi consejera fiel


Gracias Frisius, mi hermano, sí, pero también mi amigo.


Gracias, Max. Ya te cogeré, ya...


Gracias, Almu. ¿Ponemos una peli de miedo o de princesas? ;)


Gracias, prima tocaya. La cuca...ya sabes...


Gracias, enanillas.
Os quiero
pd: me faltan César y Gali :(


Gracias, Algeciras, porque estar allí no era trabajo, sino diversión.




Gracias, DEPARTAMENTO (con mayúsculas). Echo de menos las formas, el tono, el respeto y el cariño. Echo de menos la química y la libertad. Echo de menos la ayuda y la comunicación entre nosotros. Os echo de menos a vosotras (Y a mi Marga, con la que no tengo foto, jus)




Día de hacer planes y mirar hacia adelante...
¿Y el próximo año, cómo será?

Espero poder empezar de cero, aunque no cambie el paisaje, aprendiendo de los errores y sabiendo dónde pisar...

Gracias a todos y cada uno de los que salís en estas fotos (y a muchos otros, que aún no aparecen en ellas, como Raquel, Diana, Javi, Mercedes, Irene, etc) porque me doy cuenta de que sois muchos los que me allanáis el camino, y muy pocos e insignificantes los que tratan de levantar muros.


martes, 17 de julio de 2012

Almagro, en pedazos


"Qué fugaz, qué traicionera
la memoria del que queda" (Erreway)

Ese era mi mayor temor. La decepción.

Almagro siempre había sido mi lugar mágico, donde todo es posible, donde lo inesperado se materializa. Pero como nunca se sabe...

Íbamos bien...
Habíamos encontrado tren a buen precio, alojamiento decente y entradas en segunda fila (en primera corres un húmedo riesgo) para las obras escogidas. Mis amigos, como si del flautista del cuento se tratase, me dejaban maniobrar a mis anchas, disponiendo, sugiriendo y planeando para 4; bueno, para 5, finalmente.

Y allí estábamos, a la hora prevista, y con las entradas ya en la mano.
¿Qué hacer?

La primera visita, al teatro municipal. Precio: 1.50 (¡yuju!)
Yo lo recordaba amermelado, rosa-blanco, como la tarta de boda de Barbie. Ahora es discretamente albero, y estaba vacío...bueno, ensayaban Romeo y Julieta, pero el equipo nos dejó husmear y fotografiar arriba y abajo.


Hacia el medio día Cami, apañadísima ella, nos llevaba a comer al restaurante Valdeolivos, recomendable para celiacos. Eso sí, "mejor con vino", allí es norma.


Y tras las charlas y confidencias del atardecer llegaban las primeras compras en la plaza, los duelos y quebrantos para cenar y la primera representación: La vida es sueño, de la CNTC.
¿Impresiones? Así a ojo, buenas. Excelente interpretación del elenco al completo. Agradecimientos a los músicos. Buena versión, pero...algunos "peros", sí.
¿Ese decorado? Adoro el Barroco, no lo barroco. Sólo un adjetivo se me viene a la cabeza: excesivo. Trampillas, cuerdas, efectos especiales...mucho cartón, mucha piedra. Truenos, rayos, centellas. Menos mal que nos quedaba el verso calderoniano...A él le hubiese gustado. Yo eché de menos la sencillez vasquiana, esa que te permite imaginar y que te ayuda a pensar, que no te ofrece ya masticadita la escena. Los tiempos cambian, la CNTC también.
Ahora es más...para todos los públicos...


Los personajes, cercanos (especialmente cuando las escaleras por las que descienden quedan a pie de tu propio asiento). Los actores, casi que también (gracias, Blanca Portillo, por tus palabras tras la función, nos ayudó a entender mejor tu Segismundo).
Una de las cosas buenas que la CNTC conserva es el merchandising,  gracias al que adquirimos un ejemplar de Farsas y églogas de Nao de Amores, asignatura pendiente para el público sevillano. Menos mal que en 2013 nos resarciremos con el Auto de la Sibila Casandra (gracias, Ana Zamora, por la información).

Gran descubrimiento: Marta Poveda. Preciosa y convincente Rosaura. La juventud, divino tesoro, no es una contra en su caso. Grandes Notario y Pedroche, como era de esperar.

Y a la salida, lágrimas. Al ver cómo se formaba una fila para felicitar en masa a H. Pimenta (enhorabuena, por supuesto), se me hacía raro saber que no estarían ahí: Vasco, Albaladejo, Querejeta, Mencía, Cayo, Galán...
Lo pasé mal, sí. Pero las lágrimas en Almagro están contadas y tienen fecha de caducidad.

Un nuevo día llegaba y tocaba hacer de guía: Corral de comedias (audioguía en mano) y Museo del teatro. Mis amigos, encantados. Las cámaras, casi que sin batería. Y es que viajar con cuatro filólogos (que además son periodista, poeta y actriz) es un lujo: aprenden, te enseñan, recordamos juntos.


Ay, la noche...que ya casi caía...
"Noche, fabricadora de embelecos", que diría Lope...
Alzar la vista y oír su voz: Clara.
Una misión personal me llevaba a Almagro. Siete años después de haberme enamorado de El castigo sin venganza, y tras repetir a modo de consigna que "las almas de las mujeres no las viste jaspe helado", me parecía oportuno regalar a la Casandra ferraresa un pedacito de jaspe protector, semejante al que llevo al cuello desde entonces.
Clara, agradecida, lo aceptaba de buen grado.

Y las luces se apagaban para dar paso a La lengua en pedazos, de Juan Mayorga, un complejo y original diálogo entre Santa Teresa (Clara Sanchis) y un sagaz inquisidor (P. M. Martínez).
¿La obra? Partía, tímida, de un texto innovador y arriesgado. A oscuras, en silencio. Casi tres minutos de silencio cortado, literalmente, por un cuchillo.
¡Qué bella conversación de ojos, manos, rostros y cuerpos sin mediar palabra!
¿El montaje? Desnudo. Una mesa, dos sillas, y los ingredientes imprescindibles para dejar clara una posibilidad: Dios entre pucheros.
A medida que avanza la obra el poder inquisitorial, que domina en los primeros minutos a una Teresa acobardada con su mandatos espacio- lingüísticos (aquí te sientas, aquí te callas) se va rebajando. Teresa se alza y pinta: con sus manos, con sus claros ojos, con cada frase...imágenes imposibles, deseos, recuerdos...
La lengua en pedazos...en pedazos por insuficiente, por escasa, por impotente...El alma no puede describirse con palabras. Ni el amor. Ni el miedo. La voz se resquebraja y la lengua se cuartea.
¿Fingimiento? ¿engaño? Fe.
Creer o no creer, esa es la cuestión.
¿Una Santa Teresa falsa? ¿Un inquisidor incrédulo? ¿motivos político-sociales? ¿religiosos? Teresa, ¿víctima o verdugo? ¿santa o demonio?
La lengua, en pedazos. La puerta, abierta.
El espectador debe escoger su respuesta: ¿ver para creer? ¿creer para ver?
Los actores, soberbios. Enhorabuena a ambos.

No puedo ser objetiva cuando se trata de mi actriz favorita. Pero allí estaba: el público de un corral abarrotado en pie, aplaudiendo, durante varios minutos.
Éxito merecido.

¿Dudas? Además de la duda con la que Teresa cierra el acto, a mis amigos les surgían algunas. ¿El vestuario moderno? ¿Y el decorado? Pocas respuestas. Lástima no haber podido contactar con Mayorga. Pero ya investigaremos los por qué, ya...

A la salida, la espera. Casandra había recibido su regalo, y a las puertas del corral comprobamos que ya lo llevaba puesto: Clara Sanchis nos recibía luciendo su pulsera de jaspe, para charlar con nosotros sobre su personaje, para pedirnos opinión y para regalarnos un par de fotos.





Gracias, Clara.

Lo bueno se iba acabando...nos quedaban las últimas compras y la visita al almacén de los Fúcares. Tren de vuelta y a contar los días porque ya sólo queda un año para volver a soñar con nuestro amado teatro.



Almagro, continuará...

jueves, 12 de julio de 2012

Las almas de las mujeres no las viste jaspe helado

¡Rumbo a Almagro!

Mañana el Ca3 (Casandra-Camila-Cayo) vuelve a embarcarse en una nueva aventura teatral.
Esta vez nos acompañan Rafa y María Jesús, teatreros de adopción.
¿Encontrarán su alter ego entre los versos? 


¿Qué fue de esas locuras teatrales?

No fue...SON.

Sí, es cierto. Hace años nos largamos a Moguer con cuatro trapos para seguir a nuestro amado elenco entre la Niebla, y Espe descubrió en Camila a la curiosa impertinente más dulce y bella (Nuria Mencía), mientras Vic apretaba la mano de un agradecido y simpático Fernando Cayo. En cuanto a mí, el destino me había unido hacía tiempo a mi media Casandra, de quien yo sabía todo (la teoría) y a quien daba vida ella, Clara Sanchis (la práctica). Dos Casandras para una sola Ferrara...o no...

En Niebla nació una ilusión, y como la niebla se esfumó de nuestro dedos.
El tiempo y los enemigos, a quienes nosotros mismos abrimos la puerta, jugaron en nuestra contra.
No pudo ser, pero nos hizo más fuertes.
¿La prueba?
Mañana, el Ca3 vuelve a subir al tren que les llevará a un nuevo escenario, con los mismos protagonistas: nosotros.

Cayo: gracias por estar aquí, siempre con nosotras, poniendo paz. Como dice ella, eres el capitán que nos guía. Pero también el pegamento que nos mantiene unidos.

Cami: Hace un año (y mil veces más) no hubiésemos dado un duro por nosotras mismas, y hoy estamos planeando si meter o no la toalla en la maleta, ¡me encanta! Esas somos nosotras, el Norte y el Sur. Pero te adoro, y lo sabes.

Rafa: el hombre que me sigue en cada locura que cruza por mi mente, ¡bien por ti! ¿Y lo que aprendes en estas locuras mías? Museos, teatros, experiencias y más de una risa. Gracias por cogerme de la mano y decir eternemente "vale".

M. J. : La novia de Spiderman nos acompaña por primera vez. Y como todas las primeras veces, o te encantará o terminarás odiando haber viajado con nosotros. Ya nos contarás a la vuelta.

Con la maleta aún por hacer y los billetes y entradas esparcidos por el suelo, lo único que me preocupa es no olvidarme de la pulsera de jaspe para Clara...toda Casandra merece llevar su amuleto de jaspe.
Intentaremos darle a la Sanchis el suyo.


Ay, mi Castigo...

Aún recuerdo la noche que me enamoré de él...
Había estrellas, y mucho silencio. Un escenario repleto ante un teatro desnudo. Tan único...irrepetible.
Jamás olvidaré esa noche. La noche que me enamoré del  teatro, del Castigo, de Lope...el Castigo siempre me ha traido AMOR. Y me ha unido a mis grandes hombres, ellos saben que lo fueron, que lo son, que lo serán.

Entre las teclas de un ordenador, a altas horas de la noche, y con un Duque a las espaldas...
En un tren, de camino a...
Tan inalcanzable y serio...
En el Lope, en Baeza, en Niebla, en la Facultad, en Almagro...
Incluso en nuestro amado Vogart...

Ha sido tangible, en forma de beso. E intangible, a la altura de un verso.
Ha sido lágrima, y sonrisa. Es recuerdo y es futuro.
Es amistad, es pareja, fue deseo...es AMOR.

Más de un Federico, una misma Casandra.


Yo también he llorado de amor.
Yo también he negado un beso y he tenido que conformarme con tocar su mano.

El Castigo me ha dolido tanto...y tanto lo quiero...



Hace 7 años...


Y hoy, la magia del teatro se mezcla con las magia virtual haciendo posible que el Marqués Gonzaga (Daniel Albaladejo) me mande saludos para Casandra (a la que veremos en Almagro), mientras yo hago lo propio para con el Duque de Ferrara (Arturo Querejeta) y el alfarero (Eduardo Vasco)


Magia
Teatro
Corazón


Y es que
Las almas de las muejeres no las viste jaspe helado; ligera cortina cubre todo pensamiento humano...