domingo, 2 de mayo de 2010

ABRAZOS


Dicen quela vida es como el abrazo de un desconocido...
En los test de personalidad suelen preguntar si prefieres los besos o los abrazos...
Y se ha puesto de moda regalarlos, envueltos en una cartulina que anuncien su gratuidad.

Supongo que no nos damos cuenta de lo importantes que son.


¿Cuándo os han abrazado por última vez? ¿Quién ha sido? ¿Y el motivo?
Un beso puede darse porque sí, un abrazo no. Los abrazos no se regalan, no debería.


Es fácil fingirlos. Ni siquiera tienes que tocar a la otra persona, pero cuando recibes un verdadero abrazo, se nota.
Hay momentos en los que son decisivos. No hay palabra más grande, más alta o más importante que un abrazo. Su efecto calmante es casi mágico.

A veces simbolizan un te quiero, un lo siento, un ¿me perdonas? un adiós.


Pensando...pensando...ah sí, últimamente he recibido dos abrazos verdaderos. De esos con los que las palabras pasan de cuerpo a cuerpo sin ser articuladas.

Uno fue anoche, en una fiesta. La tita Pilar -que es casi más tita mía que de Rafa- me abrazaba mientras me decían cuánto me quería. Por qué me querrá tanto es un misterio, pero su abrazo no mentía.

El otro, hace una semana. Una buena amiga, a la que por desgracia sólo veo una vez al año -en Feria- me decía con sus brazos cúanto se alegraba de verme.

Esa telepatía de los cuerpos es maravillosa. Pero es un idioma que hay que aprender. Entenderlo es fácil, pero no todo el mundo sabe hablarlo. Es como el italiano. Si lo oímos, con facilidad sabemos qué significa, pero comenzar una conversación ya es otra cosa.


Yo tengo dos personas a las que me encanta abrazar, porque son mis dos ositos amorositos emisores/receptores de cariño: Mi piruletita y mi peque. Ellos siempre tienen el abrazo perfecto para mí, pero lo que más me gusta es cuando abren sus bracitos en busca de su recompensa, los adoro.


¿A quién os gustaría abrazar? ¿Por quién os gustaría ser abrazados?

2 comentarios:

  1. A mí me encanta besarte y abrazarte, y viceversa. Cada beso y cada abrazo que te doy son únicos, como si fueran los primeros que te doy en mi vida, porque ya sabes cuán importante es para mí expresarte de esta manera lo muchísimo que te quiero, Laurita mía.

    Me va la vida en besarte y abrazarte, y eso tú lo sabes muy bien.

    Te amo, Laura

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  2. A cualquiera/por cualquiera de mis seres queridos en mayor o menor medida, siempre y cuando el abrazo sea sincero (que por mi parte siempre lo es, y por la de ellos también).

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