miércoles, 16 de marzo de 2011
EL DEMONIO, O SEA, YO
La foto es la de un peluche, un angelito, pero a mí me parece una demonia. Como yo, según parece.
Hoy es el día de "no tenía que haberme levantado de la cama".
O estoy especialmente susceptible o es que la gente a mi alrededor se está volviendo loca. Más bien creo que son sencillamente gilipollas.
Del primer asunto del día, el que me ha indignado profundamente, ya os lo comentaré en privado. Este no es el lugar, porque aunque no firme nunca nadie -o casi nadie- lo lee más de uno y más de dos. Es vergonzoso y prometo pruebas gráficas por mail, ¿vale?
Y no, no dejo de escribirlo por quien pensáis. Ese par es la menor de mis preocupaciones en este momento.
El segundo me da exactamente igual que pueda llegar a oídos ajenos.
Recordáis...¿hace unos tres meses? ¿Mis Navidades?
Bien.
Cuando te metes en un jardín tan espinoso, cualquier pequeña espina te hiere y sangras, ¿cierto?
Y ya sabéis que las manchas de sangre no salen con nada...a mí no me salen.
Pues la memoria parece ser algo traicionera bajo mi techo.
Todo el mundo es SANTO y tiene capacidad para perdonar y olvidar. YO NO.
Bailar sobre las tumbas a la luz de la luna ahora, con el tiempo, ya no parece un delito tan grave. Acusar a terceros de delitos propios -como el hecho de ser feriante facebookero y vender cual exclusiva una tragedia familiar- es algo que, al parecer, nunca tuvo importancia.
En su momento recibí apoyo.
Hoy, reproches.
ME DAIS ASCO.
Yo soy la rara.
Yo, la insensible.
Con la que no se puede tratar y es fácil discutir.
La rencorosa que no perdona.
La de la coraza en el pecho.
La mala de la película.
Ya no hay palmaditas en la espalda, sino amenazas del tipo "así te va a ir en la vida, así te va".
Ellas, las santas.
Las que me temen.
Las que evitan el contacto por si...¿por si qué? Excusas de colores...
Al parecer soy un obstáculo, en eso me he convertido.
La excusa para no levantar un puto teléfono, en ambas direciones, desde hoy lleva mi nombre. Podéis usarla, adelante. Desde hoy se escuchará "no te he llamado porque LAURA". Podéis ponerme como excusa para eludir responsabilidades.
Yo no soy así.
Si me quema la garganta NO ME CALLO.
Si tengo que mandar al cuerno a alguien lo haré antes de pensármelo.
Yo no pongo excusas, actúo y pago mis consecuencias. Pero no voy a cargar con los muertos de nadie. Todo tiene un límite.
¿A qué viene juzgarme a mí?
¿Hemos vuelto a la quema de brujas para purificar el ambiente?
Hasta el coño me tenéis.
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A palabras necias, oídos sordos, amor mío. Mucho ánimo, mi vida. Yo estoy de tu lado.
ResponderEliminarTe quiero
Pero bueno, qué te ha pasado?
ResponderEliminaránimo!
Ya te contaré si te veo por fcbk, wawi :(
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