lunes, 21 de febrero de 2011

¿Ser o no ser? Algunas conclusiones sobre Hamlet






El día después...hoy es el día después...
Anoche envié el último trabajo de este cuatrimestre a la profe. Eran las 4:30 de la madrugada. Era sobre la venganza de Hamlet.


He pasado unos pocos días y unas largas noches con este personajillo danés al estilo londinense...

¿Qué he aprendido?

Pobre...no quisiera ponerme en su lugar...


Matan a su padre. Le roban la corona. Su tío usurpa el trono y se casa con la viuda. Destruyen su familia. Suficiente para un adolescente, ¿no?
Pues no. El fantasma de su padre le atormenta clamando venganza.

Dejadlo en paz, pobre chaval...

Él le sigue el rollo al espectro aunque en realidad se lo piensa (¿ser o no ser? ¿me muevo o no me muevo? ¿y si la cago más? Virgencita, que me quede como estoy. Que le den a la Sombra, total, ya está muerto...)

Pero...Hamlet es un poquito yo y el "y si" asoma en su conciencia.
¿Qué decide?

TEATRO, lo suyo en puro teatro.

A través de un montaje escénico que él mismo dirige (y tunea) hará ver al rey asesino que lo sabe. Pero así conseguirá que el rey sepa que lo sabe.
Y si el rey sabe que él lo sabe...¡chungo pastel!

La obra se llama La ratonera pero, ¿quién es el ratón que cae en su propia trampa?

El rey decide desterrarlo y matarlo.

Qué torpes son...
Si lo vas a matar: a) mátalo tú.
b) mátalo en casa.

¿A Inglaterra pá qué?

Pero Hamlet, que no tenía ganas de que lo mataran sino de suicidarse, regresa a Elsinore. Se da paso a la escena del envenenamiento. Me encanta. Una vez yo envenené a Víctor. Nunca lo olvidaré.
El rey, que ya ha visto que acabar con Hamlet es más difícil que quitarle las pilas al conejo de Duracell, pone veneno en la espada con la que Laertes (otro pringao)debe matarlo (porque él es rey y no mata, que queda feo) y, por si acaso, en una copa de licor.

¿Qué pasa? Que el copazo se lo toma la reina y palma (si es que... el empanamiento era genético) y respecto a la espada...Hamlet pincha a su enemigo, que, más chulo que un ocho y antes de morir le suelta a Hamlet "vale, vale, que yo me muero, pero vamos, mírate el peto, que tú también te has pinchao y te queda media hora de vida".

Así que Hamlet, que lleva 350 páginas y cinco actos pasando de matar al rey y vengar al fiambre, ahora que ve que lo han chuleado se pone serio y se avalanza.

¿Mi conclusión? Venga su muerte, no la de su padre.

¡A buenas horas!
Si lo hubieses matado al principio de la peli, perdón, del drama, tal como te dijo tu padre, ahora estaría vivo medio elenco y podríais iros de copas a La Raza...

Si ya lo dice mi libro "cómo sobrevivir a un película de terror": Si al principio aparece un personaje que parece que sobra pero que te dice cómo esquivar a la muerte: hazle caso. ¿Por qué todo el mundo pasa?


Los que sí que molaban eran los psicoanalistas, como Freud, que cogió a Hamlet por banda y se inventó su teoría edípica propia: Hamlet no mata a su tío porque había tenido los cojones de matar a al rey y tirarse a la madre, cosa que él, Edipo en pastillitas, no tiene.


¿Ser o no ser?

¿Leer(lo) o no leer(lo)?
Esa es la verdadera cuestión.


Pues sí, leedlo. A mí me ha gustado. Es un pobre incomprendido, radical, pesimista, melancólico. Un mandao al que nadie manda. Y que reduce el número de personajes a...¿el telonero? Para no querer matar (el "no ser") disimula muy bien...

Al que no mata lo vuelve loco, como a Ofelia, su novia: Se carga a su padre por error -es lo que pasa cuando matas antes de mirar- y encima la desprecia por denhonesta. Vamos a ver, Hamlet, si te la tiras le quitas la honra, pero no la chulees después, ¿quién tiene la culpa? ¡Tú!
Como su madre es una zorra todas las mujeres lo son...¡qué bonito...!


Os dejaré un fragmento, mi favorito, para meteros el gusanillo.
Trata sobre cómo Polonio aconseja a su hijo Laertes cómo comportarse en sociedad. consejos que intentaré seguir al pie de la letra:

No criticar
No decir palabrotas
No gastar en ropa
No opinar delante de extraños
No prestar ni pedir dinero a los amigos

¡A buenas horas, Polonio!

POLONIO:

Recibe mi bendición y procura imprimir en la memoria estos pocos preceptos.
No publiques con facilidad lo que pienses, ni ejecutes cosa no bien premeditada primero.
Debes ser afable, pero no vulgar en el trato.
Une a tu alma con vínculos de acero aquellos amigos que adoptaste después de examinada su conducta; pero no acaricies con mano pródiga a los que acaban de salir del cascarón y aún están sin plumas.
Huye siempre de mezclarte en disputas; pero una vez metido en ellas, obra de manera que tu contrario huya de ti.
Presta el oído a todos y a pocos la voz.
Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión.
Sea tu vestido tan costoso cuanto tus facultades lo permitan; pero no afectado en su hechura, rico, no extravagante, porque el traje dice por lo común quién es el sujeto, y los caballeros y principales señores franceses tienen el gusto muy delicado en esta materia.
Procura no dar ni pedir prestado a nadie, porque el que presta suele perder a un tiempo el dinero y el amigo, y el que se acostumbra a pedir prestado falta al espíritu de economía y buen orden, que nos es tan útil.
Pero, sobre todo, usa de ingenuidad contigo mismo, y no podrás ser falso con los demás, consecuencia tan necesaria como que la noche suceda al día.
Adiós y Él permita que mi bendición haga fructificar en ti estos consejos.

lunes, 14 de febrero de 2011

IRRESISTIBLE INMATERIALIDAD





Si es que alguien me lee...

¿Recordáis la entrada del viernes? ¿La dedicada a la obra que había visto en La Imperdible?
Bien, pues el chico que veis en la foto de hoy es Pablo Fernández Muñoz, su protagonista.


¿Que por qué le dedico otra entrada?
¿Tan bien lo hizo?
¿Tan buen actor es?


Sí.


Pablo es un gran actor. Coran es un gran personaje. Cuando ambos ingredientes se juntan en un escenario el espectador está de suerte.
Ese fue mi caso el viernes. Salí de aquella sala encantada. No me importaría volver a disfrutar otra vez la obra, pues es como esas pelis buenas que te obligan a pensar y malpensar y que, una vez descubierto el final, te encantaría volver a ver para tratar de recolocar cada detalle y encontrar así su sentido completo.
Es el caso de Coran 45321.

Consiguió atraparme esa noche, con las muchas preguntas con que me castigaba y las muchas risas con que me recompensaba. No lo tenía fácil: Si sales una noche al teatro para tratar de olvidar una desgracia familiar y te proponen sobre las tablas la misma problemática, cuchillo en mano, acabando con la vida del protagonista que ha conseguido hacerte olvidar tu realidad durante unos minutos, deberías no querer volver allí. Ya lo decía Lope de Vega, "es la comedia un espejo", y si no quieres ver la realidad, no vayas al teatro.

No es el caso. No me importó. Fue perfecto y cumplió su función: la evocación, la irrealidad, lo inverosímil, el sueño.

Pero si le dedico otra entrada de blog es porque ha conseguido arrancarme una sonrisa hoy. Un San Valentín un tanto chuchurrío, en el que me toca pasarme la tarde-noche con los dedos sobre el teclado, odiando el teatro y el trabajo del máster que debo entregar en unos días...


Abro el blog y ahí está. El propio Coran me saluda desde su ensueño, ayudándome a entender mejor su irrealidad.

GRACIAS PABLO.

De verdad que me encantó la obra. Y no sabes cuánto necesitaba todas y cada una de las sonrisas que me arrancásteis, el coplero y tú.
Por cierto, te dejé la bandeja sobre el escenario, que me la dejaste para desmayarte y nadie volvió a por ella.
Qué bien montada está la obra, es fascinante. Los molinos de viento como cuchillos ¿simbolizan la imposibilidad de cumplir su sueño -ingeniería-? ¿es como una metáfora o advertencia contra su futuro? Así lo vi yo. No tiene pasado, porque sus padres se lo destrozaron. No tiene presente, pues no puede controlarlo. No tiene futuro, sus sueños se lo advierten. La obsesión no podía conducirle a un trabajo más adecuado: uno capaz de ponerle un cuchillo en las manos.
Pero, la entrevista de trabajo y la presentación del cuchillo, ¿todo fue un sueño?
Puede pensarse que Coran lo sueña todo, premonotoriamente, y al descubrir cómo sería su vida decidiera no volver a intentarlo jamás, poniendo punto final a su torturosa existencia.


Y tú genial, claro. ¿No te duelen las caídas? ¡Eres de goma!


Intenté no relacionar "Coran" a "Corán" y la media luna, porque pensé, a ver, si le falta la tilde es porque significa algo distinto. Bicheé en Internet tratando de relacionar el nombre a la narcolepsia o al sueño, algún origen mitológico o algo así, pero nada. Claro, era más evidente. Ains, esa tilde me despistó.
Gracias por la explicación, pero, ¿45321? Por favor, no me dejes con esa duda. ¿Qué significa?


Si me contestas, GRACIAS.
Si no, ya me has hecho feliz por hoy. Es el encanto de las sorpresas inmateriales e inesperadas, son irresistibles.


¡ENHORABUENA Y GRACIAS!

sábado, 12 de febrero de 2011

¿Podemos confiar a ciegas?




Aún recuerdo aquella noche...
Venía de trabajar y casi había llegado a mi parada de autobús, entre Los Pajaritos y Los Arcos, un punto muy animadito de la ciudad, por cierto.
Sentí cómo alguien se acercaba corriendo y agarré fuerte mi bolso, apartándome un poco.
Era un chico, de unos 18 años, con una chándal blanco de pies a cabeza; muy cani.

Una chica esperaba el bus. Todo fue muy rápido. Se precipitó sobre ella arrancándole el bolso y el móvil por el que hablaba. La tiró al suelo y corrió todo lo que pudo. Nadie le persiguió.
Ella lloraba desconsolada, dolorida. Entre los allí presentes la pusimos en pie. Nos pidió ayuda: necesitaba un pique para el bus, que alguien avisase a la policía y que le dejásemos llamar a su madre, que la esperaba en casa.


Al llegar, la mía me advertía: "¿y tú para qué le dejas el móvil? ¿y si está compinchada con el otro y se llevan tu teléfono, qué? ¡Es que eres tonta!"

Podría haber sido así...




Hoy, mientras alguien me pedía ayuda, esas frases de madre pasaban por mi mente a modo de advertencia ineludible, provocando una simple respuesta: NO.


Mientras Rafa sacaba dinero, un hombre se acercó a preguntarme si éramos de la zona. Pensé que necesitaba indicaciones. Después me dijo que trabajaba en un restaurante cercano y que su mujer acababa de romper aguas. Pensé que necesitaba una ambulancia. A partir de ahí toda explicación se tornaba confusa: su mujer estaba de parto, en Cádiz. Él estaba en el hotel Meliá y el conductor del autobús del hotel no le dejaba subir porque el billete costaba 16 euros. Me ofrecía su reloj y su DNI a cambio del dinero para el pasaje. Pero, ¿un trabajador de un restaurante cercano tiene a su mujer pariendo en Cádiz y hay un autobús del Meliá que justo ahora sale para allá cuyo chófer no le permite viajar?


RARO, RARO, RARO


¿Una persona de treinta y tantos no tiene 16 pavos en la cartera?
¿No tiene tarjeta de crédito?
¿No tiene a nadie que le haga una trasferencia de 20 pavos a su cuenta?
¿En serio los hoteles tienen autobuses privados nocturnos?
¿Camarero o turista?


RARO, RARO, RARO


Lo de menos eran los 20 pavos...
Ya me lo imaginaba, tratando de distraerme mientras un compinche me agarraba del bolso o le ponía una navaja a Rafa en la garganta para que sacase el tope del cajero...


¿Por qué no podemos confiar en la gente?
¿En qué clase de mundo vivimos?
¿Por qué pensamos siempre que nos pueden hacer daño?


¡Maldita sociedad!



¿Lo peor?
Quedarme sin saber el final de la historia...



¿Y si le he jodido la noche a un pobre desgraciado que decía la verdad?




Me aplicaré el cuento y haré especial hincapié en la expresión oral para con mis alumnos, para que el día de mañana aprendan a pedir ayuda de manera lógica, argumentada y creíble.

viernes, 11 de febrero de 2011

CORAN 45321





Me gusta
Me gusta tu plan de conocer TODOS los teatros de Sevilla, a lo Bolaños.
Me gusta alternarlo con el cine.
Me gusta una clásica y una experimental, según el día.


HOY: CORAN 45321



¿El argumento?

Coran es un narcoléptico con una gran problemática social. Ha conseguido encontrar trabajo de venta de navajas (un narcoléptico con una navaja en las manos) en salas de conferencias (nuestro patio de butacas), escondiendo su enfermedad. Sus sueños nos mostrarán sus frustraciones y fantasías e interrumpirán su trabajo de venta; mostrando poco a poco la metáfora de que todos vivimos más en nuestras fantasías que en la realidad.



¿Personajes?


El actor Pablo Fernández Muñoz da vida a Coran, prácticamente el único personaje en escena, eso sí, con personalidad múltiple.
Coran es capaz de vendernos su excelente navaja, hacernos cantar, lograr que probemos su receta de calabacín con eneldo y QUESO en polvo...pero también es capaz de asustarnos cada vez que se cae desde lo alto de su realidad, temer a los molinos de viento, cual Don Quijote perdido entre verdades, compadecernos de su enfermedad y su perspectiva vital...desnuda su cuerpo, pero también su alma. No queda nada a la imaginación, pues le descubrimos por dentro, a través de sus sueños. Sueña con un pato imaginario, su único amigo; con una madre modelo; con un trabajo sencillo y mundano; con la chica de sus...y los sueños, sueños son...
Su despertar es más duro que el de nadie. Sólo tiene un deseo: ser normal. Cuando la venda de la ilusión cae, la imposibilidad se hace presente, y despierta de su letargo. Sólo le queda una salida. La toma.

La excepción la completa Miguel López, mi antiguo compi del CAP en el Vicente Aleixandre, aquel joven soñador que quería ser actor y cuyo as en la manga era la enseñanza. Sí, lo consiguió.
Pero, ¿y su personaje? No queda demasiado claro...su voz arrulla al personaje, lo acompaña en su sueño...¿es un personaje o es ficción? Nada está claro, salvo el sabor a calabacín y la frialdad del cuchillo.



¿El título?

Pues ni idea...no sé por qué se llama Coran...¿tal vez un anagrama? Contiene, eso sí, las mismas letras que NARCO.
¿Los números? es como contar del 1 al 5, hacia atrás y tropezar en el 4...
Desorden, caos, irrealidad, inverosimilitud...SUEÑOS...

martes, 8 de febrero de 2011

¿Mito, historia, religión o literatura?


Lo siento, pero hoy me toca enseñar y a vosotros aprender.
Estoy liadilla buscando fuentes para El castigo sin venganza y estoy descubriendo tantas y tantas cosas...como que la verdadera Casandra se llamaba Laura...o que las había más malas que en mi telenovelas favoritas.
A ver qué os parece:


- Antíoco se enamora de Estratónice, la mujer de su padre. Su padre, Seleuco, se divorcia para facilitar la felicidad de su hijo y cede a la nueva pareja parte de su reino. (MITO)


- Fedra se enamora de Hipólito, el hijo de su esposo Teseo. Hipólito la rechaza para no traicionar a su padre y Fedra, como venganza y para proteger su secreto, narrará a Teseo cómo Hipólito ha tratado de ultrajarla. Teseo destierra y ordena la muerte de su hijo. Fedra se suicida. (MITO)


- Ugo d´Est se enamora de Laura, la mujer de su padre. Su padre, Niccolò d'Est, los encierra y luego los decapita. (HISTORIA)


- Amón, hijo del rey David, goza de las concubinas de su padre. Su hermano, Absalón, será el encargado de darle muerte. Sin embargo no tarda Absalón en repetir el error de su hermano. También será castigado con la muerte. (BIBLIA)


- Federico se enamora de Casandra, la mujer de su padre. Su padre, el Duque Luis de Ferrara ata y cubre con un tafetán a su esposa y ordena a su hijo dar muerte al enemigo oculto bajo el mismo. Una vez que Federico mata a Casandra lo acusa de haberla asesinado por llevar un heredero legítimo en sus entrañas. (LITERATURA)







¿Con cuál os quedáis?




Yo, evidentemente, con la última. Porque cuando Lope quiere, quiere.
Pese a las fuentes y al copia y pega que se traía mi querido Fénix, es el más original. Se entera; amordaza, ata y cubre a Casandra; lo prepara todo para que Federico, engañado, sea quien la mate; y después lo culpa de asesinar a su madrastra por llevar en sus entrañas al hijo legítimo que le arrebataría el ducado.

Un pecado sin vergüenza
Un castigo sin venganza

sábado, 5 de febrero de 2011

Más allá de la vida, ¿hay vida?





Sería genial tener este cuadro en nuestra biblioteca Parra-López...
El sueño de Dickens...el genio duerme, mientras sus personajes flotan en su imaginación, danzando con las musas...
Muy inspirador
Muy Rafa


¿Y qué tiene que ver esto con qué?
Pues este cuadro aparece en la peli que hemos visto hoy, Más allá de la vida.

Pese a que mi querido JuanCa me la recomendaba para Cinetube, a mí sí me ha gustado. No como al resto de la sala, que parecía descontenta. Pero, me importa tan poco lo que opinen los demás...
Puede que sea, tal como le justifico a él, porque estoy más susceptible que los demás con el tema de la muerte...pero por supuesto me ha hecho llorar, y Rafa sabe que eso es síntoma de que la peli me ha llegado.


El tema, interesante. Sólo se puede especular sobre él, cierto, porque nadie que haya muerto ha vuelto luego para contarnos qué tal se está por allí, pero...por soñar...

Cada cuál es libre de tener su opinión, claro está, y yo soy de las que piensan que después de la vida no hay nada y que mejor disfrutar ahora, por si acaso. Pero reconozco que sería genial poder hallar respuesta a nuestras mayores y más retóricas interrogaciones, tal como describe la peli, tocando palma con palma con la persona adecuada. Sería maravilloso recibir una señal, un mensaje, una orden o un consejo...una simple respuesta...pero al mismo tiempo, terrorífico, ¿no?
¿Seríamos valientes? ¿Estamos preparados para asimilar esa información?
En la peli, muchos son los puntos de vista: el de la chica que descubre que su padre, en vida, la violó; el del niño a quien su hermano gemelo muerto salva la vida en el atentado londinense; el de la mujer que sobrevivió al Tsunami; el de aquel que posee un preciado don, capaz de destruir su propia vida...y ya os la estoy fastidiando demasiado...pero, no creo que nadie que no la haya visto me lea, así que...


Me encantaría toparme con el lector de cuentos por la calle y forzar así una respuesta que me ha sido negada...para siempre...y saciar mi duda...y calmar mi ansiedad...y justificar...y dejar de pensar...


Pero, tal como se cuenta en la peli, tal vez sea mejor no saber...